«’Escribir’, dice Lobo Antunes, ‘es como drogarse, se empieza por puro placer, y acabas organizando tu vida como los drogados, en torno a tu vicio. Y ésa es mi vida. Hasta cuando sufro lo vivo como un desdoblamiento: el hombre está sufriendo y el escritor está pensando en cómo aprovechar este sufrimiento para su trabajo’»
En El mal de Montano de Enrique Vila-Matas.