Letras… Encuentro con el otro, Ryszard Kapuscinski

Cuando estalla la Primera Guerra Mundial, Lévinas tiene ocho años; treinta y tres cuando estalla la Segunda. De manera que el período de su formación coincide con la época en la que en Europa surgen la sociedad de masas y dos sistemas totalitarios: el comunismo y el fascismo. El miembro de la sociedad de masas se caracterizará por el anonimato, la falta de vínculos sociales, la indiferencia hacia el Otro y —a causa de su desarraigo cultural—su impotencia frente al mal y su disposición a cometerlo él mismo, con todas las trágicas consecuencias que ello implica y cuyo símbolo más atroz será el Holocausto. Precisamente a esa indiferencia hacia el Otro, indiferencia creadora de una atmósfera que en circunstancias especiales puede llevar a un Auschwitz, contrapone Lévinas su filosofía. Detente, parece decirle al hombre que corre en medio de la multitud desbocada. ¡Detente! Junto a ti hay otro ser humano. Ve a su encuentro, pues en ese encuentro reside la mayor vivencia, la experiencia más importante. Mírale a la cara. Él te la ofrece, y al hacerlo te transmite su ser. Más aún: te acerca a Dios.

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