
Es muy difícil condensar tanto tiempo en un puñado de palabras y sé que ahora mismo estás
ocupada en sobrevivir, pero hay cosas que es necesario dártelas a conocer.
Es importante que sepas que todo estará bien, eso que ahora mismo te agobia y que crees que no
tendrá fin, acabará y te hará más fuerte, más madura, más cauta y por ende más sabia. No temas
arriesgarte, no temas decirle lo que piensas, te arrepentirás más de lo que dejaste de decir que de lo
que dijiste.
Llama a la abuela, cómprale cambures, mangos y una torta tres leches e inventa una excusa para ir a
verla y hablar con ella, no importa que se quede dormida a mitad de conversación y que tengas que
irte sin despertarla, cuando despierte estará feliz.
Con el tiempo te darás cuenta de que el mejor regalo que pudieron hacerte tus padres fueron tus
hermanas y hermanos, nada, ni el balón de vóley, ni la máquina de escribir, ni el walkman te llenará
tanto como un abrazo de ellos.
No conservarás todos tus amigos actuales, muchos cambiarán diametralmente su forma de ser y te
darás cuenta que ya no son tan afines a ti como lo son ahora, y eso está bien.
Hoy parece que estás remando en contra de la corriente, pero remar te dará fortaleza para construir
velas de la nada y cuando menos lo esperas el viento soplará a tu favor.
Vivirás la vida que siempre quisiste vivir y tendrás que dejarla para comenzar de cero, pero el cero
es una falacia porque comenzarás más fuerte, más decidida, más sabia.
Ve más a la playa, sube más a la montaña, ponte al ropa que te quieres poner no importa lo que
digan los demás. No, no eres rara, eres única y eso es hermoso y está bien.
Esa soledad que hoy te asusta y te entristece, comprenderás mañana que se trata de un tesoro y te
llenará de satisfacción y alegría.
No podrás cambiar el mundo, pero aprenderás a navegarlo.
Sigue cantando, sigue escribiendo, sigue soñando que al final nada será en vano.